Indígenas
La categoría de indio surge de cómo el colonizador designa al sector colonizado y hace referencia necesaria a la relación colonial. El indio surge con el establecimiento del orden colonial europeo en América y en otras partes del mundo. Antes no hay indios, sino pueblos diversos con sus identidades propias (Bonfil Batalla, 1990).
La agresión a los pueblos indígenas, su sometimiento a un sistema de dominio y explotación colonial, no es un fenómeno natural ni eludible. No se trata de un momento necesario dentro de un proceso de evolución universal. La dominación colonial es consecuencia de la etapa inicial concreta del desarrollo capitalista, caracterizada por la reproducción ampliada de la etnicidad europea y la extensión de mercados en la configuración del sistema de “economía mundo”.
Este carácter histórico, no natural, del orden colonial, tiene implicaciones de gran importancia para poder entender los problemas étnicos. Ya que el pensamiento occidental tras una primera etapa de prevalencia religiosa, inicia todo un proceso de legitimación de su “imperialismo etnoecológico” mediante la utilización de la ciencia, que genera una interpretación justificadora de la reproducción ampliada de su etnicidad. De esta visión ahistórica se desprende la idea del “progreso” como una necesidad inmanente universal y en consecuencia se justifican las formas más brutales de opresión en nombre de una empresa civilizadora e históricamente progresista.
En el intento de definir que son los pueblos indígenas, también llamados pueblos tribales, aborígenes o autóctonos, minorías nacionales o primeros pobladores enumeramos estos criterios:
- Son descendientes de los habitantes originales de un territorio que ha sido sometido por conquista;
- son pueblos con profunda vinculación a la naturaleza a través de sus cosmovisiones, conocimientos y actividades productivas, y que adoptan una estrategia de uso múltiple de apropiación de la naturaleza;
- practican una forma de producción rural a pequeña escala e intensiva en trabajo que produce pocos excedentes y en sistemas con pocos o ningún insumo externo y bajo uso de energía;
- no mantienen instituciones políticas centralizadas, organizan su vida a nivel comunitario, y toman decisiones consensuadas;
- comparten lenguaje, creencias, y otros criterios de identidad étnica, así como una relación profunda (material y espiritual) con un cierto territorio;
- tienen una visión del mundo diferente, e incluso opuesta, a la que prevalece en el mundo moderno (urbano e industrial) que consiste en una actitud no materialista de custodia hacia la Tierra, la cual consideran sagrada, donde los recursos naturales son apropiados mediante un intercambio simbólico;
- generalmente viven subyugados, explotados o marginados por las sociedades dominantes.
En la cosmovisión indígena, cada pueblo, cada cultura, es el reflejo del mundo natural en el que vive. La diversidad cultural es el espejo de la diversidad natural. Cada vez que se arrasa un bosque, se violenta una forma de vida, se pierde una lengua, se corta una forma de civilización, se comete un genocidio. Y cada acto de apropiación de la naturaleza tiene que ser negociado con todas las cosas existentes (vivas y no-vivas) mediante diferentes mecanismos como rituales agrícolas y diversos actos chamánicos (intercambio simbólico).
Así, los humanos son vistos como una forma de vida particular participando en una comunidad más amplia de seres vivos regulados por un solo conjunto de reglas de conducta.
Los pueblos indígenas no consideran a la tierra meramente como un recurso económico. Bajo sus cosmovisiones, la naturaleza es la fuente primaria de la vida que nutre, sostiene y enseña. La naturaleza es, por lo tanto, no solo una fuente productiva sino el centro del universo, el núcleo de la cultura y el origen de la identidad étnica.
La categoría de indio es supraetnica, es decir, no hace referencia ni da cuenta de la diversidad de pueblos que quedan englobados bajo esta denominación. Los pueblos concretos, las etnias, son todos indios en tanto se les asigna la posición de colonizados; pero en el nivel étnico se distinguen y se particularizan: son Nahuas, Tojolabales, Tawakas, Mayas, Kunas, Emberas, Aymaras, Katios, Shuar...
Ser Maya, Kuna, Quechua, o Mapuche, tiene significados concretos diferentes, porque implica participar de comunidades distintas, con lengua, cosmovisión, historia y prácticas sociales diversas; pero ser Maya, Kuna, Quechua, o Mapuche significa también compartir plenamente una condición común: la de indios, es decir colonizados.
La generación del sistema represivo de mano de obra colonial en base a la encomienda y el conjunto de instituciones luso-castellanas de sometimiento y descomposición sociocultural de los pueblos originarios latinoamericanos concluyó con el establecimiento de lo que Bonfil Batalla llama la “escisión colonial” y el proceso de desindianización” (Bonfil Batalla, 1994).
Referencias y sugerencias adicionales de lectura:
Bonfil Batalla,G. (1990), Aculturación e indigenismo: La respuesta india, en Indianismo e Indigenismo en América. Mexico. Quinto Centenario. Alianza Editorial.
Bonfil Batalla,G. (1994), México Profundo: una civilización negada. SEP/CIESAS, México
Toledo, Victor y Narciso Barrera Bassols (2008), La Memoria biocultural. La importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Barcelona: Icaria Editorial
Cebaldo De León Smith Inawinapi, antropólogo e historiador, de origen Guna (nación indígena en Panamá). Investigador del CETRAD de la Universidade de Tras ós Montes e Alto Douro (Portugal). Ha realizado investigaciones en áreas indígenas de América Central, sobre ecología política e impactos de turismo.
Como citar
Leon, Cebaldo de (2019), "Indígenas", Dicionário Alice. Consultado a 15.10.24, em https://alice.ces.uc.pt/dictionary/index.php?id=23838&pag=23918&entry=24301&id_lingua=4. ISBN: 978-989-8847-08-9