Universalismo y Pluriversalismo
El universalismo aparece en especial en la cultura occidental como una búsqueda filosófica, científica, ética y moral que nos garantice una verdad absoluta, una realidad objetiva capaz de explicar todo, una teoría única y unificadora que parece oponerse a las diferencias y diversidades a las que tiende la propia vida. Una cultura sublimada, racional, predecible frente a una naturaleza salvaje, irracional, caótica. Esa separación y oposición entre cultura y naturaleza es uno de los ejes fundamentales del pensamiento etnocéntrico y etnocentrado occidental que va a condicionar la exclusión y negación de todas aquellas personas y saberes situados del otro lado de la misma. El universalismo occidental se impone al resto del mundo a través de cinco monoculturas (del saber científico, de la escala dominante, del tiempo linear, de la naturalización de las diferencias, de la producción capitalista (Santos, 2002: 247-248)) que se expanden desde el inicio de las invasiones coloniales y que permanecen hasta hoy a través del neocolonialismo y el colonialismo interno, en forma de colonialidades del poder (Aníbal Quijano, 2000), del saber (Aníbal Quijano, Santiago Castro-Gómez, 2000), del ser (Nelson Maldonado-Torres, 2007) y de la naturaleza (Catherine Walsh, 2007).
Quien cuestiona el universalismo es acusado generalmente de situarse en el otro extremo en un relativismo cultural que puede llegar a justificar violaciones a los derechos humanos como parte de las tradiciones. Pero tal vez uno de los mayores relativismos culturales sea considerar que los propios derechos humanos de matriz occidental en su concepción y práctica dominante, se construyan con pretensiones universales abstractas (Santos, 2013: 97).
Hay sin embargo otras visiones que se abren a la diversidad y las diferencias, ahondando en el camino del concepto de la incompletud que señala Santos, e incorporando las experiencias, expresiones y prácticas de lo comunal y la comunalidad de diferentes sociedades y pueblos indígenas en el mundo. El biólogo chileno Humberto Maturana (1997) hablaba de un pluriverso “formado por un conjunto de descripciones de la realidad distintas, en el que habremos abolido la influencia que tienen las relaciones de poder sobre los discursos” (apud Bergua, 1999:567). Pluriverso que para el antropólogo colombiano Arturo Escobar toma la forma que los zapatistas describen como ‘un mundo donde quepan muchos mundos’.
“Tal vez de manera más abstracta, el pluriverso indica las luchas por lograr ‘mundos y conocimientos de otro modo’ — es decir, mundos y saberes construidos sobre la base de los diferentes compromisos ontológicos, configuraciones epistémicas y prácticas del ser, saber y hacer (Escobar, 2012:49).”
Las que podríamos denominar como experiencias pluriversales no solo se dan en el sur global, también en el norte global hay propuestas que por un lado quieren rescatar herencias comunales y comunitarias, y que además procuran soluciones a las desiguales relaciones norte-sur y al problema de la finitud del planeta. Y es que todos habitamos el pluriverso y no solo los grupos étnicos o de contextos rurales (Escobar, 2014: 21). Teorías y conceptos acerca del decrecimiento (Serge Latouche, 2003), la ecología política (Joan Martínez Alier, 1990) y su puesta en práctica por grupos y movimientos sociales que se alejan de los modelos economicistas de crecimiento y desarrollo en un norte global enriquecido a costa de explotar al resto del mundo. Estos movimientos decrecentistas del norte global están en diálogo e intercambio con aquellos grupos y comunidades del sur global que continúan en unos casos y retoman en otros, prácticas en torno al Sumak Kawsay y Suma Qamaña que son las expresiones andinas (del pueblo quechua y del aymara) en torno a experiencias de un Buen Vivir/Vivir en Completud, con diferentes denominaciones y tradiciones entre otros pueblos indígenas.
La mayor certeza puede ser que no hay una certeza absoluta y menos aún objetiva, donde la verdad llega a ser una composición de diferentes subjetividades como refleja Akira Kurosawa en su película “Rashomon” (1950) y que se aproxima más al concepto de universalismo negativo de Santos y de la incompletud que solo se puede abordar desde “una teoría general sobre la imposibilidad de una teoría general” (Santos, 2002: 264).
Referencias y sugerencias adicionales de lectura:
Santos, Boaventura de Sousa (2002), “Para uma sociología das ausências e uma sociologia das emergências”, Revista Crítica de Ciências Sociais, 63, 237-280.
Maturana, Humberto (1997), La objetividad. Un argumento para obligar. Santiago de Chile: Dolmen Ediciones.
Escobar, Arturo (2012), “Más allá del desarrollo: postdesarrollo y transiciones hacia el pluriverso”, Revista de Antropología Social, 21, 23-62.
Escobar, Arturo (2014), Sentipensar con la tierra. Nuevas lecturas sobre desarrollo, territorio y diferencia. Medellín: Ediciones UNAULA.
Begoña Dorronsoro es feminista activista y militante vasca, doctoranda en el programa de Pos-Colonialismos y Ciudadanía Global en el CES, Master en Estudios Feministas y Graduada en Biología (Ecología) por la Universidad del País Vasco U.P.V.-E.H.U. Con interés en avanzar en una investigación comprometida, militante y descolonizadora.
Como citar
Dorronsoro, Begoña (2019), "Universalismo y Pluriversalismo", Dicionário Alice. Consultado a 06.10.24, em https://alice.ces.uc.pt/dictionary/?id=23838&pag=23918&id_lingua=1&entry=24576. ISBN: 978-989-8847-08-9