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Hasta siempre Chávez

La tarde del martes 5 de marzo, luego de una prolongada batalla contra el cáncer, falleció el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías. América Latina está de luto. Desde ALICE News nos adherimos al homenaje de los pueblos a este impulsor de la Patria Grande Latinoamericana. Siguen fragmentos de textos escritos por Juan Carlos Monedero, Atilio Borón e Íñigo Errejón, así como un texto anterior del escritor uruguayo Eduardo Galeano. Difundimos también la Declaración de los Movimientos Sociales hacia el ALBA.

Chávez: un legado de dignidad para un continente

Juan Carlos Monedero

“Chávez nuestro que estás en los pueblos”. El pueblo, en la calle, reza por Chávez. La espiritualidad se mete en el corazón de los pobres. Tienen mucha necesidad. También se mete en su corazón la gente que se la juega por ellos. Y eso era Chávez: un hombre que se la jugó por su pueblo. Por su pueblo y por los pueblos de la América. Es con Chávez que los pueblos de América se han vuelto a reconocer. La oposición le criticaba la “regaladora” de dinero a los países hermanos. “Diplomacia del petróleo”, la denostaban. Chávez sabía que no se salvaba un pueblo solo. Se tenía que salvar todo el continente. ¿No es eso lo que Europa le pide a Merkel? Pero Merkel no es Chávez. Hace falta gente honesta que reconozca que Chávez hizo lo que aquí estamos reclamando. Suramérica, hoy, llora pero crece. Europa sigue arrogante y se hunde.

Chávez era un hombre común fuera de lo común. Zambo, feo, con una cualidad especial para desafinar horriblemente, más grueso que delgado. Mágico. Profundamente mágico. Como Venezuela. De nada sirve que corras bajo la lluvia cuando va a empezar un mitin si no está detrás la gente esperándote. Chávez tenía el don de que detrás siempre estaba la gente. Su pueblo. Si arriesgas y no te miran, el fracaso se multiplica. A Chávez siempre lo miraban. ¿Qué otro mandatario ha reunido al 100% de los dirigentes de América Latina? Sólo Chávez, para poner en marcha la CELAC. Mucha inteligencia, memoria prodigiosa, capacidad de convencimiento, el don de encender y también el de tranquilizar (fue él quien convenció a la izquierda venezolana que debía abandonar las armas y optar por la vía electoral).

La fuerza de Chávez tenía también el problema de necesitar enfrente interlocutores fuertes. El barroquismo caribeño y el carisma desatado del Presidente eran una fórmula no apta para el consumo encorbatado de las cancillerías occidentales. Al tiempo, brindaba fáciles caricaturas a unos medios de comunicación mercenarios que no dudaban en sacar de contexto, en recortar un minuto de un discurso con la intención de construir una matriz de opinión contraria a Chávez (con gran éxito, incluso entre la izquierda europea). Estos medios mercenarios presentaban a Chávez cantando una ranchera con un sombrero mexicano, queriendo hacer del Presidente un payaso ocurrente, ignorando que esos gestos han sido los que han ido logrando hermanar a los pueblos latinoamericanos (¿es que sabe alguien en España cómo se llaman los Presidentes de los otros 26 países de la Unión Europea?).

Antes de entrar en el quirófano que no le regresó a la vida, Chávez dejó su testamento: no lloren: luchen por la revolución bolivariana. No se peleen entre ustedes como siempre ha hecho la izquierda: dejen que Nicolás Maduro les guíe en los siguientes pasos del proceso bolivariano. No se crea nadie más importante que el pueblo: manden obedeciendo. Y todo el mundo en Venezuela ha entendido que la soledad de los cien años del continente no puede regresar. El camino ha arrancado. Los venezolanos y las venezolanas, esos que siempre han vivido y viven en Venezuela, saben que ahora tienen patria.

Ese es el legado de Chávez. Pura dignidad. Hace falta todo un pueblo consciente y organizado para continuar esa inmensa tarea. Ya se están secando las lágrimas y poniéndose en marcha.

La versión completa del artículo de Monedero puede leerse en Público.es

La demonización de Chávez

Eduardo Galeano

Fuente: La Red Comunidad.

Hugo Chávez es un demonio. ¿Por qué? Porque alfabetizó a 2 millones de venezolanos que no sabían leer ni escribir, aunque vivían en un país que tiene la riqueza natural más importante del mundo, que es el petróleo. Yo viví en ese país algunos años y conocí muy bien lo que era. La llaman la “Venezuela Saudita” por el petróleo. Tenían 2 millones de niños que no podían ir a las escuelas porque no tenían documentos. Ahí llegó un gobierno, ese gobierno diabólico, demoníaco, que hace cosas elementales, como decir “Los niños deben ser aceptados en las escuelas con o sin documentos”. Y ahí se cayó el mundo: eso es una prueba de que Chávez es un malvado malvadísimo. Ya que tiene esa riqueza, y gracias a que por la guerra de Iraq el petróleo se cotiza muy alto, él quiere aprovechar eso con fines solidarios. Quiere ayudar a los países suramericanos, principalmente Cuba. Cuba manda médicos, él paga con petróleo. Pero esos médicos también fueron fuente de escándalos. Están diciendo que los médicos venezolanos estaban furiosos por la presencia de esos intrusos trabajando en esos barrios pobres. En la época en que yo vivía allá como corresponsal de Prensa Latina, nunca vi un médico. Ahora sí hay médicos. La presencia de los médicos cubanos es otra evidencia de que Chávez está en la Tierra de visita, porque pertenece al infierno. Entonces, cuando se lee las noticias, se debe traducir todo. El demonismo tiene ese origen, para justificar la máquina diabólica de la muerte.

Gloria al bravo Chávez!

Atilio Borón

Cuesta muchísimo asimilar la dolorosa noticia del fallecimiento de Hugo Chávez Frías. No puede uno dejar de maldecir el infortunio que priva a Nuestra América de uno de los pocos “imprescindibles”, al decir de Bertolt Brecht, en la inconclusa lucha por nuestra segunda y definitiva independencia. La historia dará su veredicto sobre la tarea cumplida por Chávez, aunque no dudamos que será muy positivo. Más allá de cualquier discusión que legítimamente puede darse al interior del campo antiimperialista –no siempre lo suficientemente sabio como para distinguir con claridad amigos y enemigos- hay que partir reconociendo que el líder bolivariano dio vuelta una página en la historia venezolana y, ¿por qué no?, latinoamericana. Desde hoy se hablará de una Venezuela y Latinoamérica anterior y de otra posterior a Chávez, y no sería temerario conjeturar que los cambios que impulsó y protagonizó como muy pocos en nuestra historia llevan el sello de la irreversibilidad. Los resultados de las recientes elecciones venezolanas –reflejos de la maduración de la conciencia política de un pueblo- otorgan sustento a este pronóstico. Se puede desandar el camino de las nacionalizaciones y privatizar a las empresas públicas, pero es infinitamente más difícil lograr que un pueblo que adquirió conciencia de su libertad retroceda hasta instalarse nuevamente en la sumisión. En su dimensión continental, Chávez fue el protagonista principal de la derrota del más ambicioso proyecto del imperio para América Latina: el ALCA. Esto bastaría para instalarlo en la galería de los grandes patriotas de Nuestra América. Pero hizo mucho más.

Este líder popular, representante genuino de su pueblo con quien se comunicaba como nunca ningún gobernante antes lo había hecho, sentía ya de joven un visceral repudio por la oligarquía y el imperialismo. Ese sentimiento fue luego evolucionando hasta plasmarse en un proyecto racional: el socialismo bolivariano, o del siglo veintiuno. Fue Chávez quien, en medio de la noche neoliberal, reinstaló en el debate público latinoamericano -y en gran medida internacional- la actualidad del socialismo. Más que eso, la necesidad del socialismo como única alternativa real, no ilusoria, ante la inexorable descomposición del capitalismo, denunciando las falacias de las políticas que procuran solucionar su crisis integral y sistémica preservando los parámetros fundamentales de un orden económico-social históricamente desahuciado.

La versión completa del artículo de Borón puede leerse en Alba.Tv

Foto: Alejandra Santillana.

Yo soy Chávez (o por qué esta vez tampoco se va del todo)

Íñigo Errejón

Y ahora ¿qué va a pasar en Venezuela? Por desgracia para los apologistas del caos, el camino lo marcan la Constitución y la voluntad popular. Es preciso recordarlo: no hay transiciones en sistemas democráticos. Se celebrarán elecciones en el corto plazo y el poder político volverá a responder a las preferencias democráticas libremente expresadas. Como ha sucedido en 14 años con 17 procesos electorales y la práctica democrática directa en instituciones locales y laborales. El problema es que su veredicto quizás no guste a los privilegiados.

Quedan por supuesto muchas tareas por acometer y errores por corregir en Venezuela. Sólo los procesos políticos imaginarios están exentos de problemas, límites, fealdades. A cambio, claro, no existen más que como deseos. Pero, como dice el presidente uruguayo José Mujica, los que aspiran a cambiar las cosas tienen que ser capaces de mejorar la vida de las gentes sencillas mientras lo intentan cambiar todo. Los otros son revoluciones de café.

El proceso político venezolano, que muchas de sus gentes llaman revolución, ha enfrentado muchas tareas a la vez: conquistar soberanía nacional, transformar el Estado oligárquico heredado y construir una máquina de inclusión y producción de nuevo orden, de nuevas políticas públicas para las mayorías sociales, redistribuir de inmediato la riqueza y derrotar a la miseria, romper con la dependencia primario-exportadora y ensanchar la base de su economía, cambiar la cultura popular consumista e individualista y generar un imaginario nuevo que acompañe las transformaciones sociales, etc. Todo ello en un contexto de rendición de cuentas democrática más intensa y con más frecuencia que en ningún país europeo, con disputas no siempre pacíficas del poder político y duras resistencias de las oligarquías en retirada. Por eso son procesos agujereados, incompletos, insuficientes. Pero vivos, en manos de sus pueblos. Expandiendo justicia social, desmercantilizando necesidades, produciendo un país nuevo, de gentes más iguales y por ello más libres.

Por eso se equivocan quienes le confían a la muerte las esperanzas de ganar lo que nunca pudieron con la seducción de mayorías. Duele mucho su falta, más después de haberle escuchado, admirado, escrito y tocado. Pero se muere habiéndose sembrado: Chávez ha cambiado ya Venezuela y América Latina, en primer lugar el imaginario de sus pueblos. Cuando en las calles de Caracas centenares de miles gritan “Yo soy Chávez” o “Chávez es un pueblo” no están haciendo retórica, están celebrando que ese nombre propio ya es común, designa a un bloque popular que hoy conduce el Estado y abre un nuevo tiempo político más justo y democrático.

La versión completa del artículo de Errejón puede leerse en Público.es

 

Declaración de los Movimientos Sociales hacia el ALBA

Fuente: El ALBA de los Movimientos Sociales.

En la tarde de hoy, el Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el fallecimiento del Comandante Hugo Chávez, el cual fue un compañero, un aliado y un comprometido militante por volver a la vida la luz de la esperanza de los pueblos que luchan y que veníamos resistiendo desde hace cientos de años contra la desaparición de nuestra dignidad.

En estos momentos de tristeza, los movimientos sociales y populares de Nuestra América acompañamos al pueblo venezolano en este dolor infinito, el cual es también el nuestro y reafirmamos nuestro compromiso solidario y activo con la Revolución Bolivariana, que ya es, a esta altura del camino recorrido por un nuevo paradigma de la integración continental, la revolución de los pueblos de América, la Revolución Nuestroamericana.

Al mismo tiempo, nos declaramos en estado de alerta y movilización ante la ofensiva imperialista que se ha desatado hace meses y que tiene como una de sus expresiones más graves el intento de conspiración de militares de la Embajada de los EE.UU., en la hermana República de Venezuela.

Hugo Chávez Frías fue una persona excepcional. Dedicó toda su vida a sembrar las semillas de una Patria Grande, libre y soberana. Hoy, millones de personas en todo el mundo, y en particular en nuestro continente, rendimos el único homenaje posible en este momento: redoblar nuestro compromiso de continuar la lucha en forma inclaudicable y no traicionar jamás las banderas del socialismo.

Esas semillas no han sido sembradas en vano, Comandante, se multiplican en cada uno de nosotros y cada una de nosotras. En toda nuestra Patria, por ahora y para siempre, el pueblo enarbola tus banderas y les rinde honor no dejando espacio de nuevo a la oscurana, al olvido y al desconocimiento de nuestra propia identidad y definición definitiva de ser libres.

¡Independencia y Patria socialista!
¡Viva Chávez!
¡Viva la Revolución Bolivariana!
¡Viva la integraciòn definitiva de nuestros pueblos!
Viviremos y venceremos.

Articulación Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA

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