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¿Qué está pasando en Guatemala? Las luchas comunales analizadas por un preso político

Una entrevista con Ramiro Choc, dirigente q’eqchi’ que ha protagonizado luchas campesinas en Izabal, las Verapaces y Petén. Junto con dos de sus seis hermanas han participado en la recuperación de territorios, han frenado desalojos, han defendido la tierra y la vida.

Prensa Comunitaria Km 169
Gladys Tzul Tzul*
03 Jul 2015

Foto: solidaridadconguatemala.blogspot.com

Él, como los hombres y las mujeres que defienden territorios en San Juan Sacatepequez, Barillas y otros lugares, conocen por experiencia concreta el rostro represor del Estado, que se alía a las empresas transnacionales que despojan a las comunidades campesinas, ellos saben que las tierras que les quitan son para sembrar palma africana, caña, para poner mineras, hidroléctricas y cementeras.

Choc fue condenado a ocho años de prisión por delitos que nunca cometió, sin embargo el sistema de justicia guatemalteco, lo condenó por robo agravado en delito continuado. Por ello desde el 14 de febrero de 2008 al 14 de agosto de 2013 estuvo preso en la penitenciaria de la zona 18 de la ciudad de Guatemala; pasó prisión junto al sacerdote Mario Orantes, encarcelado por el asesinato de Monseñor Gerardi.

El día que lo capturaron, vimos muchas fotografías de él amarrado con lazos, custodiado por cientos de miembros del ejército y de la policía, mientras que era trasladado en un helicóptero del ejercito a la cárcel de Zacapa.

Las campañas para liberarlo fueron extensas, las comunidades realizaban peregrinaciones para asistir a las audiencias donde lo juzgaban; su familia junto con varios hombres y mujeres más, desarrollaron una campaña de denuncia nacional e internacional “El Estado secuestró a Ramiro Choc” decían varias mujeres indígenas en las campañas de denuncia; un conjunto de tres abogados se hicieron cargo de su defensa y de los procedimientos ante la ley; y en las calles de la ciudad de Guatemala habían carteles con su rostro, grafitis y pintas en las que se leían “Libertad para Ramiro Choc”, “Liberen a los presos políticos. Que salga Ramiro Choc”, “Presos políticos libertad. Queremos libre a Ramiro Choc”, entre otros.

Lo que he dicho anteriormente sirve para comprender desde dónde proceden las interpretaciones sobre lo que sucede hoy día en Guatemala.

Gladys Tzul Tzul – ¿Cómo te presentas? Sos un hombre que tiene amplio conocimiento de las luchas por las tierras indígenas, estuviste preso y eso te dio una visión general de la resistencia en Guatemala. ¿Quién habla?
Ramiro Choc – Yo soy hijo de una familia muy humilde. Y no solo yo estoy luchando, también estoy junto con dos de mis hermanas, Angélica y María. Nuestras luchas son totalmente diferente a las luchas de otras organizaciones. Te digo esto porque para mi y en nuestra experiencia como comunidades la Firma de la Paz es como una anestesia; anestesiaron la decisión de los pueblos, de las comunidades, pero sobre todo de las organizaciones y por ende a sus dirigentes, se mermó la lucha, se mediatizó. Muchos piensan que piensan que sólo con diálogo se resuelven las situaciones, pero mientras el gobierno propone dialogar, al mismo tiempo habían masacres y desajolos; Carlos Vielman era ministro y desde ahí se organizaron muchas masacres en las comunidades. Está bien dialogar, platicar, pero eso no funciona, porque en las reuniones de negociación siempre las comunidades llevamos las de ganar, pero no se puede ganar a un monstro que tiene el apoyo del juez, del alcalde, del director de la policía nacional civil, del ejército. Aunque nosotros tenemos la razón, a ellos eso no les interesa. Eso es Guatemala hoy día, antes de la firma de la paz y esa misma situación vivimos ahora.

Nosotros con las comunidades y con mis hermanas, decidimos seguir la lucha, independientemente de otras organizaciones campesinas, eso no significa que formemos organizaciones parecidas al CUC, el CONIC y otras más. Nosotros comenzamos a trabajar y reunirnos en Livingston y en El Estor, y sólo cuando estaba encarcelado, me di cuenta que habíamos producido con las comunidades una organización diferente, nosotros no buscábamos financiamento, sin embargo nos atacan porque algunos piensan que andábamos haciendo competencia a las otras organizaciones. Nosotros no andábamos mendingando dinero, porque el dinero domina e impone. Lo que nosotros queremos es que respeten y que no invadan nuestras tierras.

Nuestra lucha iba ganando porque frenamos desalojos y por eso nos comenzaron a perseguir. Las autoridades comenzaron a amenazar con desalojos, hicieron varias capturas. Los de las empresas y el Estado creyeron que la cabeza era mi persona, pero se equivocaron, porque aunque me capturaron a mi, la lucha siguió. Yo no soy indispensable la lucha era comunal y la gente se levantó con más fuerza por esos años; para hostigarnos más, mataron a nuestro compañero Mario Caal Bolom, intimidaron a mi familia, mataron a mi cuñado, el esposo de mi hermana Angélica, a él lo descuartizaron, le dispararon con una pistola Ak 47 y no les bastó, luego de matarlo lo picaron, después de eso hirieron a compañeros que hasta hoy día están en silla de ruedas, y no les bastó, porque luego asesinaron a cuatro estudiantes universitarios. Ahí yo me admiro de la fortaleza de las comunidades y de mi familia. Tal vez no te conteste, pero es lo que hemos logrado, yo no lo he hecho yo solo, sino que es en conjunto con mi familia. Nosotros no creemos que el diálogo lo va a solucionar todo, para nosotros el diálogo es una táctica para estancarnos.

Gladys Tzul Tzul – ¿Cómo explicas las razones por las qué te encarcelaron? ¿De qué te acusaron? ¿Hubo condena?
Ramiro Choc – Si, me condenaron. Yo caí preso el 14 de febrero de 2008, un mes después de que tomara posesión como presidente Álvaro Colom, yo caigo preso a petición de amistades que de él. Era una persona allegada a él y quería desalojar a la comunidad llamada Barrio Buena Vista la Esperanza en Livingston, yo colaboraba con esas comunidades. Su estrategia para golpear la resistencia fue acusarme de tres delitos: detención ilegal, usurpación ilegal y robo agravado en delito continuado. En esa comunidad de Buena Vista habían desalojado a varias comunidades, pero nosotros averiguamos y encontramos que era ilegal y recuperamos las tierras, nos apoyamos entre comunidades. Así que cuando quisieron desalojar por segunda vez, ya las comunidades no se dejaron, ya habíamos formado una gran red de apoyo y esa fuerza lo impidió porque varias comunidades bajaron a ayudarles. Dicen que ese día que resistimos al desalojo, cuatro policías perdieron su armamento y dijeron que yo solito retuve a varia gente, que retuve a personas del gobierno, dicen que usurpé las tierras y que desarmé a los policías. Pero nunca fue comprobado.

La sentencia del juez dice que no me condenaban por usurpación ilegal, porque la amistades del presidente de esa época no eran legítimos propietaria de la tierra; tampoco me condenaron por retención porque no se comprobó; me condenaron por robo, porque según ellos si se comprobó que yo desarme a la policía. Es chistoso el sistema de justicia, porque los policías decían que yo no estaba armado, que yo llevaba una manguera y que con eso lo desarmé, la sentencia fue ridícula, pero me condenaron porque el juez les creyó.

Ese proceso me dio elementos para entender quienes estaban detrás de mi captura y a quienes les convenía que me condenaran. Ahí descubrimos que habían gente de las Áreas Protegidas, de Ongs y también del INGUAT. ¿Por qué? porque a lo largo de nuestras asambleas, nuestra reuniones con las comunidades comenzamos a reclamarle, a pedirles cuentas al INGUAT, porque ellos utilizan a las comunidades para hacer turismo, mientras que son las comunidades las que han cuidado las montañas, quienes mantienen los altares mayas, ellos no tienen ningún beneficio, porque todo se lo llevan las empresas privadas que están aliados con el INGUAT.

El día que me capturaron, se movilizó ejercito y policía, el día de la primera audiencia me llevaron en avión a Zacapa, y luego me trasladaron al preventivo de la zona 18. Yo me daba cuenta que en cada audiencias había 400 o 500 soldados, P.N.C. y guardias del preventivo. ¿Qué necesidad de tanta gente? ¿Para qué tanto?

Mi debate duró más de treinta días, varias comunidades de Quiche, de Huehuetenango, de San Juan Sacatepéquez llegaron, también habían algunos estudiantes universitarios, exigían mi libertad. Ese tiempo fue bien duro, yo estaba en la cárcel y afuera se estaban realizando ejecuciones a los compañeros.

Gladys Tzul – Hace poco saliste, y mucha gente celebramos tu libertad. Sabíamos que esa libertad no fue por procedimiento de los sistemas de justicia, tu liberación fue gracias al esfuerzo y energía de tu familia, las comunidades y el trabajo de tus abogados. Y ahora que ya no estas en la cárcel ¿Cómo las analizas a las luchas?
Ramiro Choc – Ahora nos siguen amenazando, pero nosotros tenemos fe, tenemos nuestra espiritualidad, estamos en pie de lucha. Recientemente en el Estor acaban de asesinar a un joven y ahí está implicada una compañía que desde los años ochenta han obtenido beneficios. Esa empresa ha participado en ejecuciones extrajudiciales, se aprovechó de la guerra, y mandó a ejecutar a varias personas que estaban pidiendo que se respetaran sus tierras.

Cómo es posible que una empresa extranjera haya quitado más de 300 caballerías de tierra, una caballería tienen 34 hectares o 64 manzanas, ¡Imagínense la cantidad de tierra¡ Y son tierra fértiles, y con muchos recursos naturales. Cuando uno ve en el mapa satelital, se puede apreciar una destrucción salvaje, a uno le duele ver como están deforestadas las montañas del Estor, pero ninguna organización ambientalista dice algo.

La empresa pueden seguir devastando porque han comprado autoridades y medios de comunicación. Hace dos semana se levantaron de nuevo las comunidades, pidiendo la expulsión de la empresa, porque esta destruyendo la madre naturaleza, está contaminando el Lago de Izabal, fue ahí que mataron a ese joven que mencioné. Cuando uno revisa los medios de comunicación y dicen “disturbios en el Estor” o “Queman la –estación de-policía”, todo lo presentan como un bochinche, cuando en realidad lo que está pasando es un rechazo y la resistencia de las comunidades.

Lo mismo ocurre en Livingston, ahí hay una compañía petrolera, que está despojando tierras, han logrado comprar voluntad de organizaciones ambientalistas por eso no dicen nada sobre el campo petrolero que pusieron en medio del Parque Nacional Río Dulce. Las comunidades son las que se oponen, pero al día siguiente amanecen varios muertos, los amenazan, los intimidan, o mandando regalos a los jóvenes para que no digan nada, por ejemplo la petrolera mandó a regalar zapatos de futbol.Hoy en día, en Izabal, no vemos montañas, porque ya se han devastado 400 caballerías, ahí ninguna ley existió, nosotros demandamos y nada pasó.

Otro caso es lo que ocurre por los alrededores del Lago de Izabal, al sur del Estor por siembra de palma; ahí, en tiempos de la guerra desalojaron a 13 comunidades, mataron a mucha gente, hoy día todo eso está devastado, todo sembrado de palma. Hace dos semanas capturaron a un dirigente de esas comunidades, pero hábilmente lograron un canje, detuvieron a cuatro personas de la empresas y lograron intercambiarlo, nos obligan a esas medidas extremas. A los compañeros que defienden sus territorios, el Estado les responde con cárcel y persecución. Eso es lo que pasa en Izabal, y es lo que esta pasando a nivel nacional.

Gladys Tzul Tzul – Siendo esta la situación, de despojo, desalojos de las tierras, de muerte y encarcelamiento como forma de relación del Estado con las comunidades indígenas ¿Qué pensás de las propuestas que te hacen para que hagas parte de la contienda electoral como candidato a diputado?
Ramiro Choc – Para mi es algo gracioso. Yo hice mi lucha por los territorios, porque eso es lo que yo creo, nunca lo hice por ganar un puesto, para mi: primero mi lucha y después lo otro. Además, no sé si vayan a aceptar que una persona como yo participe, porque yo he averiguado que tengo 75 peticiones de ordenes de captura, ninguna procede, pero ahí están. Después de que salí de la cárcel, yo me dedique a visitar las comunidades, para conocer y agradecer por el apoyo que me dieron, entonces fui al occidente, a Alta Verapaz. Estuve con jóvenes universitarios, me invitaron de la Universidad Rafael Landívar en Quiché, di unas charlas con los estudiantes, también con los de la Universidad de San Carlos. Ahí me puse muy melancólico, porque había muchos jóvenes y señoritas que me decían: “Ramiro, yo pintarrajee tu nombre: Libertad a Ramiro Choc”, jóvenes que pintaron, sin dudar de mí.

He dado conversaciones en Convergencia, ahí me pidieron que participara con ellos, y yo lo analice mucho, quizá por eso ya de último es que ando viendo que es lo que se necesita para hacer campaña. A mi me da vergüenza hablar como los políticos partidarios. Desde los 17 años estoy luchando con las comunidades por la madre tierra. Me da vergüenza hablar de política partidaria y como bien sabemos, la izquierda no es aceptada en las comunidades, porque las comunidades son inteligentes. Yo eso se lo he dicho a la izquierda, a ellos no les gusta escucharlo y por eso no soy muy agradable para ellos. Yo les he dicho, que no han sido agradables porque hablan solo de ideología y porque ponen canciones aburridas de Pablo Milanés, Silvio Rodriguez y Mercedes Sosa, al carajo, la gente no quiere eso. Cuando yo hablo de la gente, hablo de la mayoría.

Tenemos que cambiar nuestro lenguaje, los izquierdistas no creen en Dios, pero ¿Cuántos izquierdistas hay? Una gran cantidad de gente cree en dios; esos que piensan que hay que cambiar a la gente están equivocados, los que tenemos que cambiar, somos nosotros los que nos decimos que somos de la izquierda. No sé como me vaya a ir, pero si sé que mucha gente me quiere apoyar. Me preguntan ¿Qué leyes voy a proponer? Esa es una pregunta amplia, yo ya me di cuenta como funciona, como se traba.

Gladys Tzul – Te propongo que pensemos las leyes en términos de tierra. Por ejemplo ¿Cómo frenar los desalojos o los efectos brutales que ha traído el mercado de tierras que ha arrancado territorios a las comunidades? ¿Eso es posible regularlo en la ley?
Ramiro Choc – Cuando se dan los Acuerdos de Paz, también crean el Fondo de Tierras, y con su creación desparecieron las leyes de expropiación de tierras. ¿Qué paso con los famosos baldíos, las fincas nacionales? Antes se normaba que a cada familia puede tener como máximo cuatro manzanas de terreno, eso no era de beneficio para todos, para algunos si porque hay comunidades que tal vez son 50 familias, pero tienen un territorio de 20 o 30 caballerías, que si se repartiera, le tocarían 25 manzanas a cada familias, pero ahora dicen: se les va a dar sólo 4 caballerías ¿Y el resto qué? El resto se lo daban a un propietario que aparece de la nada, y siempre aparecía alguien que rea familiar o que tenía negocios con las autoridades estatales. Necesitamos una reforma agraria, aunque hay una cantidad de limitantes. Unos pensaron que con el gobierno de Alvaro Colom se lograría, pero es claro que eso no pasó, porque fue muy nefasto y en este gobierno de Pérez Molina estamos peor.

Gladys Tzul – Precisamos una reforma agraria desde abajo, desde las comunidades, No sólo como una política dirigida por el Estado. Es decir donde sean las comunidades las que produzcan su decisión y desmantelen la estructura de despojo de tierras.
Ramiro Choc – Tenemos que definir una reforma que convenga a los pueblos. A mi me gustaría hablar más como territorios. Y así de esa manera vamos a poder hablar como pueblos indígenas y ahí nosotros mismos podemos ordenarnos de cuánta tierra nos toca a cada familia, que destinos le damos a nuestros recursos naturales. Esa es mi propuesta, por lo que he vivido en las luchas. Ese puede ser un camino.

*Maya K’iche’ de Chuimeq’ena’. Es candidata doctoral en sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. México.

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